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Actividades para prevenir el Bullying. Lectura de dos cuentos: «Clavos en la puerta» y «Las tres rejas»

El bullying es más fácil prevenirlo que tratarlo. Asimismo una vez que un alumno está siendo acosado las consecuencias en su salud mental pueden perdudar durante años. Entonces lo mejor que pueden hacer los colegios es brindar toda una serie de talleres y actividades a lo largo de todo el ciclo escolar y en todos los niveles con el objetivo de prevenir este tipo de situaciones. Pero el acoso escolar o bullying no es la única situación que puede generar un conflicto o malestar emocional en los estudiantes. Hay otro tipo de eventos como burlas, chistes de mal gusto, rumores falsos, etc. que son hechos aislados (por lo que no se consideran acoso) pero que sin embargo pueden afectar seriamente la salud mental y la autoestima de un adolescente.

Por este motivo les dejo a continuación dos actividades que utilizan recursos narrativos (dos cuentos muy breves) y están orientadas a que las y los alumnos reflexionen en relación al trato que se brindan mutuamente, la importancia del respeto y la empatía.

1ra Actividad: CLAVOS EN LA PUERTA

Objetivo: darse cuenta de la herida que se puede dejar en el otro y la importancia del perdón.

Materiales:

  • cuento
  • madera
  • martillo
  • clavos

Versión alternativa para no usar clavos: dibujar una puerta en una cartulina y por otro lado fotocopiar y recortar dibujos de clavos. Para pegarlos en la cartulina. Pegarlos con una plasticola de color (que deje marca al quitar luego el dibujo del clavo)

Actividad:

  • Se le pide a los alumnos que piensen en alguna vez en que dijeron o hicieron algo que lastimó a otra persona. Luego se les pide que teniendo ese evento en mente pasen al frente y claven un clavo en la madera. El clavo representa ese hecho.
  • Cada alumno pasa al frente, toma un clavo y lo clava en la madera.
  • Se lee el cuento (ver más abajo)
  • Se reflexiona poniendo el foco en que todas nuestras actitudes y acciones tienen consecuencias e impacto en el otro, todo deja una marca.
  • Para finalizar se les pide que saquen el clavo para mostrar la marca que queda, a pesar de que uno se arrepienta o pida perdón. Mencionar que todos los días representan una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor.

CUENTO «CLAVOS EN LA PUERTA»

Juan era un niño como todos, aparentemente con una vida normal, acorde a su edad, pero tenía un problema con su mal carácter. Sus padres habían notado la gravedad de ese problema. Todos los días Juan se peleaba con sus hermanos, amigos, compañeros del colegio o cualquier otra persona que le rodeaba. Una mañana su padre le entregó un paquete. Juan con inmensa curiosidad lo desenvolvió y se sorprendió mucho al ver el contenido de ese extraño regalo: Era una caja de clavos. El padre lo miró fijamente y le dijo: Hijo te daré un consejo. Cada vez que pierdas el control de tu carácter y te enojes o contestes mal a alguien y discutas, clava uno de estos clavos en la puerta de tu habitación. El niño obedeció las indicaciones de su padre. El primer día clavó más de 10 y pronto su puerta estaba casi llena de clavos. Con el paso del tiempo, el niño fue aprendiendo a controlar su mal carácter, por consiguiente, la cantidad de clavos por día comenzó a ser menor. Juan descubrió que era más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos. Finalmente llegó el día en que Juan ya no clavó ninguno, porque había aprendido a ser más tolerante con los demás. Ese día su padre orgulloso, le sugirió que hiciese lo contrario en la puerta, que por cada vez que pudiera controlar su mal carácter, sacase un clavo. Los días transcurrieron y Juan logró quitar todos los clavos. El padre notó que el niño había aprendido muy bien la lección. Entonces lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta, y con mucha tranquilidad le dijo: Haz hecho bien, pero mira los agujeros que tiene la puerta, provocados por los clavos. La puerta nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con enojo, dejas una cicatriz en las personas igual que en la puerta. Y no importa cuántas veces pidas perdón, las marcas muchas veces seguirán ahí. Una herida verbal puede ser incluso más dañina que una física. También recuerda que los amigos son joyas muy escasas que llegan a tu vida. Debes conservarlos, cuidarlos, amarlos y no lastimarlos.

2da. Actividad. LAS TRES REJAS

Objetivo: Tomar conciencia del poder de las palabras y de cómo podemos herir o cuidar.

Materiales:

  • Cuento “Las tres rejas” (más abajo)
  • Cartulinas o afiches
  • Marcadores

Actividad:

  • Se lee el cuento
  • Se conversa sobre la prudencia en la comunicación y sobre liviandad con la que muchas veces hablamos de los demás
  • Se invita a los chicos a hacer carteles con las tres rejas, a poner ejemplos y a practicar estos tres filtros.

Cuento

Un joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de este y le dice:

D:  Maestro, el otro día un amigo suyo estuvo hablando mal de usted

M: El maestro lo interrumpe y le pregunta “¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a decirme?”

D: ¿Las tres rejas? ¿Qué es eso?

M: La primera es la VERDAD. ¿Estás convencido de que lo que vas a contarme es totalmente cierto?

D: Emmm…No. Lo oí comentar a unos vecinos.

M: Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la reja de la BONDAD. Eso que  me cuentas, ¿es bueno para alguien?.

D: No, en realidad no. Al contrario…

M: ¡Ah, vaya! La última reja es la de la NECESIDAD. ¿Es necesario que yo sepa esto que tanto te inquieta?

D: A decir verdad, no.

M: Entonces, dijo el sabio con una gran sonrisa:

Si no sabemos si es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

En este video te explico ambas actividades:

 

Bibliografía: «Llaves para entrar al mundo adolescente» de Guadalupe Guerrero.

 

 

 

 

 

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